El etnólogo soviético Vladimir Propp propone la teoría según la cual el núcleo más antiguo de los cuentos mágicos deriva de los rituales de iniciación en las sociedades primitivas, pues la estructura del cuento reemplazó la del rito, que decayó con el paso del tiempo.
Cuando el niño lee o escucha el cuento está repitiendo los ritos de iniciación al mundo del presente.
Propp analizó las funciones del rito y encontró que tenían una correspondencia directa con diversos aspectos del cuento: al alcanzar cierta edad, los jóvenes de la tribu eran separados de sus familias (salida del héroe), los llevaban al bosque donde los shamanes, portando máscaras y vestidos rituales (magos y brujas), los sometían a duras pruebas (los retos del héroe en su camino), escuchaban la narración de los mitos ancestrales (dones que los héroes reciben), recibían en custodia las armas y los tótems de los antepasados (objetos mágicos entregados por el donante), y regresaban a sus casas –muchas veces con otros nombres- (retorno del héroe triunfante) y en esa entrada a la madurez sexual y mental, quedaban listos para casarse (final feliz de la historia).
Para Propp el cuento empieza a vivir a partir de la caída del rito a lo largo del tiempo en la evolución de la cultura, quedando sólo la narración, transformada al pasar de boca en boca a lo largo de las generaciones. Al caer el mundo sacro en el mundo laico, los objetos rituales se transformaron en juguetes, y el cuento ab- sorbió otros mitos desacralizados, relatos de aventuras, leyendas y personajes mágicos.
A través del análisis de los cuentos tradicionales rusos, Propp llegó a la formulación de tres Principios:
1) Los elementos constantes, fijos del cuento, son las funciones de los personajes independientemente de quién actúe y de la forma de actuación;
2) El número de funciones que aparecen en los cuentos es limitado;
3) La sucesión de funciones siempre es idéntica.
En el sistema de Propp las funciones son 31, y son suficientes, con sus variantes y articulaciones internas, para describir la forma del cuento popular:
Cuando el niño lee o escucha el cuento está repitiendo los ritos de iniciación al mundo del presente.
Propp analizó las funciones del rito y encontró que tenían una correspondencia directa con diversos aspectos del cuento: al alcanzar cierta edad, los jóvenes de la tribu eran separados de sus familias (salida del héroe), los llevaban al bosque donde los shamanes, portando máscaras y vestidos rituales (magos y brujas), los sometían a duras pruebas (los retos del héroe en su camino), escuchaban la narración de los mitos ancestrales (dones que los héroes reciben), recibían en custodia las armas y los tótems de los antepasados (objetos mágicos entregados por el donante), y regresaban a sus casas –muchas veces con otros nombres- (retorno del héroe triunfante) y en esa entrada a la madurez sexual y mental, quedaban listos para casarse (final feliz de la historia).
Para Propp el cuento empieza a vivir a partir de la caída del rito a lo largo del tiempo en la evolución de la cultura, quedando sólo la narración, transformada al pasar de boca en boca a lo largo de las generaciones. Al caer el mundo sacro en el mundo laico, los objetos rituales se transformaron en juguetes, y el cuento ab- sorbió otros mitos desacralizados, relatos de aventuras, leyendas y personajes mágicos.
A través del análisis de los cuentos tradicionales rusos, Propp llegó a la formulación de tres Principios:
1) Los elementos constantes, fijos del cuento, son las funciones de los personajes independientemente de quién actúe y de la forma de actuación;
2) El número de funciones que aparecen en los cuentos es limitado;
3) La sucesión de funciones siempre es idéntica.
En el sistema de Propp las funciones son 31, y son suficientes, con sus variantes y articulaciones internas, para describir la forma del cuento popular:
1. Alejamiento. Uno de los miembros de la familia se aleja.
2. Prohibición. Recae una prohibición sobre el héroe.
3. Transgresión. La prohibición es transgredida.
4. Conocimiento. El antagonista entra en contacto con el héroe.
5. Información. El antagonista recibe información sobre la víctima.
6. Engaño. El antagonista engaña al héroe para apoderarse de él o de sus bienes.
7. Complicidad. La víctima es engañada y ayuda así a su agresor a su pesar.
8. Fechoría. El antagonista causa algún perjuicio a uno de los miembros de la familia.
9. Mediación. La fechoría es hecha pública, se le formula al héroe una petición u orden, se le permite o se le obliga a marchar.
10. Aceptación. El héroe decide partir.
11. Partida. El héroe se marcha.
12. Prueba. El donante somete al héroe a una prueba que le prepara para la recepción de una ayuda mágica.
13. Reacción del héroe. El héroe supera o falla la prueba.
14. Regalo. El héroe recibe un objeto mágico.
15. Viaje. El héroe es conducido a otro reino, donde se halla el objeto de su búsqueda.
16. Lucha. El héroe y su antagonista se enfrentan en combate directo.
17. Marca. El héroe queda marcado.
18. Victoria. El héroe derrota al antagonista.
19. Enmienda. La fechoría inicial es reparada.
20. Regreso. El héroe vuelve a casa.
21. Persecución. El héroe es perseguido.
22. Socorro. El héroe es auxiliado.
23. Regreso de incógnito. El héroe regresa, a su casa o a otro reino, sin ser reconocido.
24. Fingimiento. Un falso héroe reivindica los logros que no le corresponden.
25. Tarea difícil. Se propone al héroe una difícil misión.
26. Cumplimiento. El héroe lleva a cabo la difícil misión.
27. Reconocimiento. El héroe es reconocido
28. Desenmascaramiento. El falso queda en evidencia.
29. Transfiguración. El héroe recibe una nueva apariencia.
30. Castigo. El antagonista es castigado.
31. Boda. El héroe se casa y asciende al trono.
Por supuesto, no todas las funciones están presentes en todos los cuentos: en la sucesión obligatoria se dan saltos, uniones y síntesis, que no contradicen la línea general. Un cuento puede empezar por la primera función, por la séptima o por la duodécima, pero –si es lo suficientemente antiguo- es difícil que dé un salto hacia atrás para recuperar los pasos olvidados.
La función de “alejamiento” que Propp pone en primer lugar, puede ser cumplida por un personaje que se aleja de la casa por un motivo cualquiera, un príncipe que va a la guerra, un comerciante que sale de viaje, un padre que muere o que va a trabajar dejando a sus hijos una prohibición (no abrir una puerta, no tocar un objeto). La estructura del cuento está presente en obras tan contemporáneas como “El Señor de los Anillos” de J. R. R Tolkien; “Harry Potter, de J. K. Rowling, o “La guerra de las Galaxias” de George Lucas.
Con las “funciones” de Propp más fundamentales se puede cons- truir una narración , y es así como proponemos relatar un cuento como ejemplo, y realizar el ejercicio en grupo de redactarlo y socializar el texto producido.
Para ello hemos seleccionado las cartas que se muestran a continua- ción, y que pueden ser enriquecidas teniendo en cuenta el listado de funciones de Propp. Cada carta convoca numerosas posibilidades para crear mundos fantásticos, suscitar universos, desarrollar la imaginación y provocar la expresión oral, escrita, escénica y estética.
La estructura del cuento no sólo calca la de los ritos de iniciación, sino también se repite en la estructura de la experiencia infantil, que analógicamente es una cadena de misiones, luchas, pruebas difíciles y también desilusiones en algunos de sus pasajes inevitables. No le falta al niño ni siquiera la experiencia de los “dones mágicos” cuando los recibe en sus cumpleaños y en Navidad, pues los padres han sido para él los “donantes mágicos” capaces de cualquier cosa. A lo largo de la infancia el niño va poblando su universo de aliados poderosos y enemigos diabólicos. Es por eso que las “funciones” de los cuentos, de alguna manera, le ayudan al niño a aclararse a sí mismo.
La función de “alejamiento” que Propp pone en primer lugar, puede ser cumplida por un personaje que se aleja de la casa por un motivo cualquiera, un príncipe que va a la guerra, un comerciante que sale de viaje, un padre que muere o que va a trabajar dejando a sus hijos una prohibición (no abrir una puerta, no tocar un objeto). La estructura del cuento está presente en obras tan contemporáneas como “El Señor de los Anillos” de J. R. R Tolkien; “Harry Potter, de J. K. Rowling, o “La guerra de las Galaxias” de George Lucas.
Con las “funciones” de Propp más fundamentales se puede cons- truir una narración , y es así como proponemos relatar un cuento como ejemplo, y realizar el ejercicio en grupo de redactarlo y socializar el texto producido.
Para ello hemos seleccionado las cartas que se muestran a continua- ción, y que pueden ser enriquecidas teniendo en cuenta el listado de funciones de Propp. Cada carta convoca numerosas posibilidades para crear mundos fantásticos, suscitar universos, desarrollar la imaginación y provocar la expresión oral, escrita, escénica y estética.
La estructura del cuento no sólo calca la de los ritos de iniciación, sino también se repite en la estructura de la experiencia infantil, que analógicamente es una cadena de misiones, luchas, pruebas difíciles y también desilusiones en algunos de sus pasajes inevitables. No le falta al niño ni siquiera la experiencia de los “dones mágicos” cuando los recibe en sus cumpleaños y en Navidad, pues los padres han sido para él los “donantes mágicos” capaces de cualquier cosa. A lo largo de la infancia el niño va poblando su universo de aliados poderosos y enemigos diabólicos. Es por eso que las “funciones” de los cuentos, de alguna manera, le ayudan al niño a aclararse a sí mismo.
Fuente:(Texto adaptado de Gianni Rodari)
(Tomado de: “Gramática de la Fantasía - Introducción al arte de inventar historias. Editorial Panamericana, Bogotá)
Unilever-Programa Mundial de Alimentos.
Foto:ISFP Gallery of Russian Thinkers