Sin conflicto no hay historia

Imaginad una narración o película en que aparece una familia feliz, tan feliz que no pasa absolutamente nada.¿Absolutamente nada? ¡Entonces no vale la pena contar su historia! Queremos mantener en vilo a nuestros lectores o espectadores con las visicitudes de nuestros personajes y no matarlos de aburrimiento. Tan importante es creaer buenos personajes como el definir el conflicto que mueva y haga viva la historia.

A nivel de escritura literaria, ¿cómo podemos definir el conflicto? Podríamos decir que es toda acción, situación o problema que se cierne sobre los personajes centrales de una narración. Su modo de enfrentarse a ello y su resolución, tanto para bien como para mal, constituye el fondo de la historia. Es lo que tradicionalmente se conoce en teatro y cine como tensión dramática. Como lectores o espectadores, nos identificamos con los personajes y nos interesa cómo lucharán contra todo obstáculo que se les plantea a lo largo de la historia contada.

Nos quedamos con esta fórmula (1):

HISTORIA = PERSONAJES+CONFLICTO/PROBLEMA

Iván Daniel Thays Vélez es un escritor peruano en que, en una entrevista, le preguntaban como convertir las historias en argumentos "Lo esencial es encontrar cuál es el conflicto sobre el cual gira la historia. Y preguntarse no por el qué pasó sino por el por qué pasan las cosas. De esa manera, el conflicto y los por qué van ordenando las historias y convirtiéndolas en argumentos (...)Debe haber, en primer lugar, una absoluta coherencia entre el tema y la forma en que se escribe. Luego, el conflicto debe ser muy claro. Los datos deben disponerse a lo lado del relato, muy bien dosificados. Y el lector debe tener la sensación de que le están contando sobre un mundo nuevo, no sobre un mundo que ya conoce. La verosimilitud es más importante que la verdad. En resumen, la estructura debe ser impecable"(2)

Tipos de conflicto
  • El personaje lucha contra sí mismo. Debe superar un desequilibrio interno o bien de tipo físico. Ejemplos: vencer la drogodependencia para poder estar con la mujer que ama; una deportista que pierde sus piernas, pero aspira a ser medallista paralímpica, etc. 
  • El personaje tiene uno o varios antagonistas. El choque de  voluntades entre personajes  es creadora de buenos relatos clásicos en la tradición oral. El héroe se enfrenta a un rival, casi siempre superior, y que le disputa algún objeto o persona. Las sagas nórdicas o la mitología griega proporcionan excelentes muestras.
  • El personaje contra la sociedad/mundo. Por las características personales, morales y fisicas del personaje, la sociedad en conjunto puede marginarlo o combatirlo como una amenaza por no ajustarse a los convencionalismos sociales. El monstruo de Frakenstein o el jorobado de Notre Dame como seres repudiables; Madame Bovary, por su extravagancia, etc
  • El personaje contra las fuerzas de la naturaleza. El ser humano se siente empequeñecido ante la naturaleza y sus manifestaciones. Montañas que escalar, la navegación por mares profundos, sobrevivir a una inundación o un volcán en plena erupción, etc
  • El personaje contra fuerzas sobrenaturales o desconocidas. El personaje debe vencer sus miedos ante aquello que no conoce y enfrentarse a él para salvar la vida. Historias de fantasmas, vampiros o zombis, cultivados por el género fantástico, pertenecen a este tipo de conflicto. 
Un buen consejo para atrapar al lector/espectador es plantear el conlicto o conflictos que serán el hilo conductor de nuestra historia al principio de la misma. El conocer al personaje, el que éste vaya mostrando todas sus facetas, lo hará a través del conflicto. Aburriremos si empezamos las primeras páginas de una novela describiendo a los personajes, su ambientación y sus ocupaciones. El lector/espectador se le debe mostrar el conflicto y que a lo largo de la historia se resuelvan cuestiones como quién, cómo, por qué de ese conflicto y su desenlace/resolución final.

(1)Personajes de ficción
(2)Bogota vive.in

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