MIL PALABRAS PARA UNA IMAGEN













Siempre nos han dicho que una imagen vale más que mil palabras. Pero es bien cierto que cuando tratamos de reproducir una imagen más allá de lo puramente visual, hemos de recurrir a las palabras. Una imagen no nos dice nada. Nos gusta o no; provoca o no alguna sensación. Para el escritor, la imagen puede ser un detonante de recursos creativos. Nace una frase. Esa frase se convierte en descripción en que se incluyen, a parte de la vista, el olfato, el oido y el tacto. Aún se puede llegar más lejos. Se puede describir las sensaciones, se puede hilvanar un continuum puede acabar siendo una historia. La historia sale de estricto recuadro de la imagen y ésta ha dejado de ser algo estático para convertirse en una narración vigorosa.
Mil palabras por imagen. Como ejercicio, comprobarás que sí lo valen.